El pasado 19 de marzo, coincidiendo con la Solemnidad de San José, modelo de entrega y fidelidad a Dios, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios celebró con júbilo la Profesión Solemne del Hermano Sebastián Varela Ortiz, OH.



La ceremonia se llevó a cabo en la Capilla de la Clínica Nuestra Señora de la Paz ubicada en Bogotá – Colombia, donde, en un ambiente de recogimiento y gratitud, el Hno. Sebastián consolidó su compromiso definitivo con el carisma de la Hospitalidad, siguiendo los pasos de nuestro Padre Fundador, San Juan de Dios. Durante la Eucaristía, presidida en presencia de los Hermanos de la Provincia de América Latina y el Caribe, liderada por nuestro Superior Provincial Hno. Erik Castillo, OH., así como de familiares, amigos, colaboradores y voluntarios, el Hno. Sebastián consagró su vida al servicio de los enfermos, los más pobres y necesitados, como expresión viva del Evangelio.
Su consagración perpetua es testimonio de la misericordia de Dios, que sigue actuando en el mundo a través de quienes responden generosamente al llamado. Este momento de gracia y alegría estuvo marcado por la presencia fraterna de la comunidad hospitalaria que, como una gran familia, acompañó al Hno. Sebastián en su entrega total a Dios y a los que sufren. Siguiendo el ejemplo de San Juan de Dios, cuyo amor y dedicación hacia los más vulnerables trascendieron fronteras, el Hno. Sebastián asume la misión de ser reflejo del amor compasivo de Cristo en el mundo. Tras la celebración eucarística, se llevó a cabo un encuentro fraterno donde hermanos, voluntarios y colaboradores expresaron su alegría y cercanía, brindando por la vocación del Hno. Sebastián y su camino en la Orden Hospitalaria.


Fue un momento de comunión y acción de gracias, en el que se renovó el compromiso de continuar construyendo una Iglesia más cercana a los que sufren, con el amor y la entrega que caracterizan el Carisma Hospitalario. Que el Señor, por intercesión de San Juan de Dios y bajo la protección de San José, continúe bendiciendo y fortaleciendo cada día la vocación del Hno. Sebastián y de toda la familia hospitalaria, para que en cada gesto de servicio resplandezca el rostro misericordioso de Cristo










