Reafirmando el compromiso de servir a las personas en situación de enfermedad y vulnerabilidad, quienes representan nuestra razón de ser; buscamos crecer y mejorar cada día en la promoción de un servicio de salud con calidad, calidez y sobre toda humanidad, desde una asistencia integral y siempre centrada en la persona asistida y su entorno familiar, guiados por el carisma de San Juan de Dios.
Con motivo de esta importante celebración se desarrollaron diversas actividades en cada uno de los centros y obras de la Provincia, propiciando espacios de fraternidad ente Hermanos, pacientes y profesionales de la salud para concientizar sobre el cuidado de la salud y la vida. Actividades litúrgicas, sacramento Unción de los Enfermos, talleres, compartir solidario, actividades de recreación y promoción de la salud, charlas de concientización entre otras, fueron desplegadas bajo el lema: “Cuida de él”, la compasión como ejercicio sinodal de sanación.
La Santa Sede ha publicado el mensaje del papa Francisco para esta fecha, en el que hace hincapié que la enfermedad es una experiencia común a todos los seres humanos. Pero, sobre todo, en la validez de la vida bajo todas las circunstancias. El Santo Padre ha querido resaltar la normalización de la fragilidad y que, “ni vale solamente lo que funciona, ni cuentan solamente los que producen”, todos, por igual, gozamos de una gran dignidad que debe ser respetada. Por eso, la pastoral de la salud es un bien para toda la Iglesia, sanos y enfermos.
Sin duda, San Juan de Dios, patrono de los enfermos y hospitales, e inspiración permanente de las obras en nuestra provincia, supo entender el mensaje evangélico del buen samaritano, que cuida del hombre herido en todas sus circunstancias y dimensiones. A lo largo de su profunda experiencia espiritual y humana, primero en la ermita de San Sebastián, donde escuchó el sermón de San Juan de Ávila que replanteó lo quicios de su existencia, hasta la dramática experiencia en el hospital real de Granada donde desde su kénosis (abajamiento) resurge a una vida de diaconía, es decir, de servicio, pero al enfermo y pobre, donde veía siempre el rostro sufriente de Cristo.
La celebración de esta XXXI Jornada Mundial del Enfermo, es una gran oportunidad para todos los que colaboramos en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Provincia de América Latina y el Caribe para hacer el bien, bien hecho, para vivir intensamente y con audacia la hospitalidad en un mundo que, tiene la necesidad apremiante de ser acogido.