Como comunidad hospitalaria, tuvimos la dicha de celebrar un momento profundamente significativo, los 25 años de vida consagrada del Hno. Simón Azpíroz, OH. Esta celebración no fue solamente un acto conmemorativo, sino una verdadera experiencia de encuentro, gratitud y fraternidad.
La celebración Eucarística estuvo presidida por el Monseñor Andrés Carrascosa Coso, Arzobispo y Nuncio Apostólico en Ecuador, contó con la presencia de nuestro Superior Provincial, el Hno. Erik Castillo, OH. y reunió en un ambiente lleno de alegría y espíritu comunitario a Hermanos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, provenientes de distintos países de América Latina y El Caribe; así como, colaboradores del Hospital Especializado y el Albergue San Juan de Dios. Fue un espacio en el que se vivió el valor de la hermandad, el servicio compartido y la fe que nos une.
Durante la jornada, no solo rendimos homenaje a la fidelidad del Hno. Simón en su camino consagrado, sino que también renovamos como comunidad el sentido profundo de nuestra vocación hospitalaria. Celebrar su entrega generosa al estilo de San Juan de Dios, nos animó a todos a mirar hacia dentro, a revisar nuestro propio compromiso y a recordar que la misión de servir a los más vulnerables se sostiene, ante todo, desde el amor.
Estos espacios celebrativos tienen un valor espiritual incalculable. Nos permiten detenernos en medio de la rutina, reconocernos como familia hospitalaria, y fortalecer los lazos que nos unen más allá de los roles o funciones. Nos recuerdan que estamos juntos en este camino, que nuestra tarea diaria en el hospital y en el albergue no es solo profesional, sino profundamente humana y espiritual.
Agradecemos a Dios por la vida del Hno. Simón, por su testimonio silencioso y firme, por su alegría sencilla y por su capacidad de acompañar con cercanía. También agradecemos a cada persona que hizo posible esta celebración, desde la organización hasta la participación con el corazón abierto.
Que este encuentro siga dando fruto en nuestro día a día, y que, como comunidad hospitalaria, sigamos creciendo en comunión, servicio y fe.










