El pasado 8 de diciembre, en las instalaciones de la Capilla de la Clínica Nuestra Señora de la Paz, se llevó a cabo la celebración de las Bodas de Plata de la Profesión Religiosa de nuestro Hno. Alexander García Agudelo, OH.
A esta solemne conmemoración asistieron Hermanos Hospitalarios y colaboradores, liderados por nuestro Superior Provincial el Hno. Erik Castillo, OH. junto a la presencia de familiares y amigos, quienes se dieron cita para celebrar los 25 años de vida consagrada, entrega fiel y servicio generoso vividos a la luz del carisma de San Juan de Dios.
La Celebración Eucarística que estuvo presidida por el P. Miguel Calle, OH. se caracterizó por un profundo ambiente de oración, gratitud del corazón y fraternidad, en el que se exaltó el testimonio de vida del Hno. Alexander, su vocación al servicio de los más necesitados y su caminar en la misión de brindar una atención humanizada y digna a personas vulnerables.
Posteriormente, se realizó un compartir fraterno, espacio que fortaleció los lazos de comunidad, donde se reafirmó los valores de la hospitalidad, la misericordia y amor al prójimo.
Fue un día de bendición y reafirmación del llamado vocacional, reconociendo la vida consagrada como un don de Dios que sostiene y anima la misión hospitalaria al servicio de quienes más lo necesitan.
A esta solemne conmemoración asistieron Hermanos Hospitalarios y colaboradores, liderados por nuestro Superior Provincial el Hno. Erik Castillo, OH. junto a la presencia de familiares y amigos, quienes se dieron cita para celebrar los 25 años de vida consagrada, entrega fiel y servicio generoso vividos a la luz del carisma de San Juan de Dios.
La Celebración Eucarística que estuvo presidida por el P. Miguel Calle, OH. se caracterizó por un profundo ambiente de oración, gratitud del corazón y fraternidad, en el que se exaltó el testimonio de vida del Hno. Alexander, su vocación al servicio de los más necesitados y su caminar en la misión de brindar una atención humanizada y digna a personas vulnerables.
Posteriormente, se realizó un compartir fraterno, espacio que fortaleció los lazos de comunidad, donde se reafirmó los valores de la hospitalidad, la misericordia y amor al prójimo.
Fue un día de bendición y reafirmación del llamado vocacional, reconociendo la vida consagrada como un don de Dios que sostiene y anima la misión hospitalaria al servicio de quienes más lo necesitan.












