Rev. Hno. Pedro Maria de Giovanni
(nombre de pila: Ángel)
Vicario General de la Orden.
Nació en Benevento el 29.10.1842, entonces territorio del Estado Pontificio.
Murió el 12.2.1913 en Roma, Hospital San Juan Calibita, con 70 años de edad y 36 de Profesión Religiosa.
Junto a sus hermanos, Ángel realizó sus estudios de primaria por lo particular guiados por un pio sacerdote que vivía en casa como capellán de la familia. Tras estudiar el bachillerato en el Colegio “Giannone” y Derecho Civil bajo la guía de un magistrado de Benevento, por un tiempo ejerció la profesión de juez y después de abogado forense.
En el obituario de la Provincia Romana se lee: “Su madre era de la familia de los Marqueses Macedonio di Ruggiano (Lecce). Vistió el hábito religioso en 1876, pronunció los votos simples en Roma en 1877; fue Prior de la Casa de Benevento por varios años en 1877; fue Provincial en 1893; fue Prior del Calibita en 1905; fue reconfirmado en 1910.
Al morir el Padre Cassiano María Gasser fue nombrado Vicario General hasta el sucesivo Capítulo que tuvo lugar en 1916.
Fue un religioso de gran bondad, caridad y amante de la observancia regular. Hoy dejó de vivir habiendo recibido el consuelo de nuestra religión, tras haber cumplido 35 años de profesión religiosa.
“Donó a la Provincia un terreno de propiedad suya donde mandó construir el actual Hospital del sagrado Corazón de Jesús del que, por tanto, debe considerarse el fundador”.
El Hno. Pedro, además de la formula canónica de la profesión Solemne, suscribió una declaración particular con la que se comprometía a ”vivir en pobreza y en perfecta vida común, tal y como prescribe la Regla del Santo Padre Agustín, y no en la práctica tolerada en el pasado”. Además, sometía su persona a grandes penitencias corporales y mortificaciones, no de forma arbitraria, sino con el permiso de su padre espiritual.
Al finalizar sus compromisos curiales, pidió que le dejaran dedicarse a los enfermos y, por ello, lo destinaron a Ruffano (Lecce) donde la Comunidad se encargaba de un pequeño hospicio de ancianos. Lamentablemente, al mes de llegar, se le manifestó un cáncer de vejiga que lo obligó a volver a Roma, a la Isla Tiberina donde, tras un duro y largo calvario, que afrontó con edificante resignación, rindió el alma a Dios.
Fue sepultado en el Verano (cementerio de Roma) pero, permaneciendo siempre vivo su recuerdo, en 1957 sus restos mortales fueron exhumados y trasladados a la Iglesia del hospital que había fundado en Benevento.