Hno. Juan de Dios de Magallon
(nombre de pila: Paul)
Nació en Aix-en-Provence el 1 de diciembre 1784.
Murió en Lyon el 14 de julio de 1859.
Restaurador de la Orden Hospitalaria en Francia.
Se crio en una familia noble y adinerada. El padre de Paul, abogado general del Parlamento de Provenza, murió a los seis meses de nacer él, dejando a su viuda la responsabilidad de criar s sus cinco hijos, ella era hija del Marqués d’Argens. Menos de cinco años después, en 1798 la familia se vio obligada a huir a Berlín a causa de la Revolución Francesa. Allí Paul, al año siguiente, fue admitido en el Cuerpo de Cadetes logrando el rango de oficial.
Tras varias acciones de mérito recibió la condecoración de la Legión de Honor y la de la Orden del Lirio. Fue capitán del gran ejército de Napoleón, Caballero de la Legión de Honor y de la Orden de San Estanislao de Polonia.
En 1817, abandonó las armas para siempre e, impulsado por la voluntad de asistir a los enfermos y necesitados, Paul de Magallon tomó el nombre de Juan de Dios de Magallon y formó junto a un otros compañeros un grupo de enfermeros en Marsella donde, más tarde, pidió entrar en la Orden Hospitalaria.
Junto a tres hermanos enfermeros se marchó a Roma donde emitieron la profesión Solemne en la Orden Hospitalaria y donde consiguió del Superior General la autorización de restaurar la Orden en Francia.
Fue nombrado Superior Provincial en el Capítulo General de 1824 y reelegido constantemente en el cargo por su voluntad dinámica. Construyó hospitales en Lyon, en Lille, en Léhon, cerca de Dinan, en Paris y en Marsella para los enfermos más pobres y necesitados.
Abrió comunidades religiosas, el Noviciado de Lyon para formar a los Hermanos en el servicio de los enfermos, y para sí mismo experimentó una vida de pobreza radical en la comunidad de Tivoli, cerca de Roma. En Marsella se dedicó con generosidad a asistir a los enfermos afectados por epidemias. En 1830 abrió un hospital psiquiátrico en Dinan y en otros lugares de Francia.
Nutrió una tierna y filial devoción a la Virgen que veneró con varios títulos: Notre-Dame du Monte Carmel, Notre Dame de la Garde, de Fourvièr, de Victoire, etc. Cuando de Roma volvió a Marsella con algunos hermanos, hizo una peregrinación devota a la Santa Casa de Loreto para impetrar la bendición de la Reina de los cielos sobre la restaurada Provincia religiosa. Tampoco se puede olvidar su devoción mariana a la antigua imagen de la Virgen de la Lámpara, venerada en la iglesia del hospital de la isla Tiberina.
El Papa Pio IX, che lo había conocido en el hospital de la isla Tiberina, al enterarse de su muerte exclamó: “Ah, ¡el buen Padre de Magallon!... ¡Que Religioso!... ¡Que santo!”. Y el arzobispo de Aix, Mons. Gouthe-Soulard: “Paul de Magallon es la más viva imagen de la caridad que yo haya visto jamás en esta tierra”.